Esto sucedió el día de ayer (19.07.12) en Vancouver, Canadá.
Un grupo de mexicanos radicados en la ciudad canadiense de Vancouver, conformaron el "Frente por un México Democrático", con la finalidad de demostrar su repudio a la compra masiva de votos que hubo en el pasado proceso electoral de México y decidieron acudir al Consulado Mexicano de esa ciudad y entregar una carta firmada por más de 200 ciudadanos de este frente, en la cual además solicitan la invalidación de las elecciones.
El punto de reunión la estación "Burrad", poco a poco empezaron a llegar con sus familias; mexicanos y mexicanas que, en búsqueda de una vida que México no les pude dar, emigran a los países del norte. Buscando ser escuchados por sus representantes nacionales en aquél país, llegaron al Consulado y la bienvenida de las autoridades mexicanas fue: CERRARLES LAS VENTANAS. Así es, como si fuera una invasión de langostas o cualquier otra plaga; los funcionarios connacionales cerraron las ventanas de atención y se resguardaron en los rinconcitos de sus oficinas. Sí, esas oficinas pagadas con nuestros impuestos.
¿Quién se ofreció a atender a ese grupo de valientes mexicanos? Nadie. ¿Quién fue la primera persona con quien tuvieron contacto? Con uno elemento de seguridad del edificio, el cual fue llamado para que él mismo les pidiera que se retiraran. Así es, nuestros funcionarios consulares no tuvieron ni la decencia ni los huevos para ellos mismos atender a sus paisanos.
Bueno, de hecho sí, de repente a algún "servidor público" de esa institución, que por cierto nunca se se identificó en el acto, ni con nombre ni cargo; le salieron los huevitos de salir a correr a sus compatriotas de esas oficinas. Si, correr como si fueran gente indeseable, como si su sola presencia fuera indigna de estar en esas oficinas.¿Se le olvidaría que esas oficinas son territorio mexicano?.
Más tarde, Patricia de la Maza encargada de medios, de la oficina consular, se presenta y pone a disposición de los manifestantes, para recibirles sus cartas; no sin antes volver a pedirles que se salieran de las oficinas, muy amablemente, pero insistiendo en sacarlos. ¿Dónde quedó el "bienvenido paisano"?
Finalmente, se leyeron y entregaron las cartas (una en cada idioma); una copia de esa será entregada al Parlamento en Ottawa y otra más se enviará al Presidente Calderón
Pero, ¿Quieren saber quien es este tipo, este pedazo de animal prepotente? Su nombre Mauricio Torres Córdova, el Consul Adscrito; el Consul General es Ángel Villalobos, quien nunca dio la cara.
Si quieren mandarle sus gratos saludos a este par de amables y patróticos funcionarios, pueden hacerlo a:
Nuestro respeto y admiración a este grupo de mexicanos que ¡NUNCA SE DEJARON AMEDRENTAR! Por alzar su voz y defender su derecho a ser escuchados de forma pacífica y respetuosa.
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